Ryanair i l’aeroport de Girona : un excel.lent i rigorós article de José Antonio Donaire, director d’Insetur
José Antonio Donaire ha publicat un excel.lent i rigorós article dient el que ara ningú s’atreveix a dir sobre la presència de Ryanair al aeroport de Girona. Us el reprodueixo tot seguit pel seu interès.
La negociación con Ryanair
Por José Antonio Donaire (Director Insetur – Universitat de Girona).
Vivimos en una sociedad tan rápida, tan fugaz, tan líquida, que los tópicos tienen muchas posibilidades de convertirse en verdades absolutas. Al turismo le pasa lo mismo que al fútbol: todos llevamos un entrenador dentro y también todos hemos viajado en un momento u otro. Pero no es lo mismo ejercer de turista (o de futbolista) que conocer los mecanismos, los procesos y los efectos del turismo en un destino. De una forma casi unánime, se ha instalado en la sociedad la percepción de que las compañías aéreas de bajo coste (en realidad son de bajo precio, pero esta batalla terminológica está perdida) son empresas que transportan turistas sin recursos y sin educación. Un lastre social que casi mejor nos evitamos.
Sería fácil contrastar este tópico. Bastaría con coger un vuelo un mes de enero con destino a cualquier capital europea. Un rápido examen de los pasajeros demostraría que billetes a bajo precio no es sinónimo de pasajeros con pocos recursos. Pero es más fiable que nos guiemos por los estudios sobre los visitantes del aeropuerto. La Universitat de Girona lleva varios años encuestando a los pasajeros del Aeropuerto Costa Brava Girona, en su inmensa mayoría usuarios de vuelos de bajo coste. Los resultados demuestran que los visitantes tienen un nivel económico elevado y un gasto medio en el territorio muy superior al gasto medio de los visitantes. Es un pasajero joven, viajero experto, con un nivel cultural alto, que destina al territorio el dinero que ahorra en el pasaje. Hacerse con una buena oferta exige una cierta pericia que la brecha digital no ha universalizado todavía.
Tomemos, por ejemplo, los resultados del estudio de verano de 2010, cuando recogimos los datos de 1620 usuarios del aeropuerto, siguiendo los estandáres de este tipo de análisis. Más de la mitad de los usuarios del aeropuerto son receptores, es decir, pasajeros que llegan al área de influencia de Girona. Y un 6% son pasajeros en tránsito. Es decir, usan el aeropuerto de Girona como un hub de conexión entre un origen y un destino. Un tercio de los visitantes receptores acuden a la ciudad de Barcelona, aunque el principal destino es el litoral de Girona. El área de influencia del aeropuerto se extiende más allá de los límites de la Demarcación, hacia el sur de Francia, el Maresme Norte y la Catalunya Central. O sea que el Aeropuerto Girona Costa Brava es en realidad el aeropuerto del centro del eje mediterráneo.
Pero tal vez el dato más relevante del estudio sea éste: sólo un 22% de los visitantes tienen como principal motivación el sol y la playa. En otras palabras, de cada diez pasajeros que llegan al aeropuerto situado en Vilobí d’Onyar durante el verano sólo dos tienen la intención principal de disfrutar de unos días de playa. El resto llegan por un número tan amplio de motivos que no hay espacio en este escrito para detallarlos: actividades deportivas, golf, deportes náuticos, negocios, salud, visita de familiares, compras, formación, turismo urbano… Y no, esta proporción no se explica por la influencia de la ciudad de Barcelona. Sólo un tercio de los pasajeros que llegan al litoral de la Costa Brava desde el aeropuerto en verano tienen como motivación principal el sol y la playa. El Aeropuerto de Girona Costa Brava ha sido una de las piezas esenciales en la capacidad de resistencia que ha demostrado el turismo durante los últimos años. Ha sido el atractor de una nueva demanda inducida, que ha premiado las iniciativas más innovadoras, las que tienen más futuro.
El estudio proporciona muchos otros datos sobre la incidencia en la oferta de alojamiento, las estrategias de compra, el efecto del territorio o la estancia media. Pero conviene detenerse en un dato concreto. Cuando preguntamos a los usuarios del aeropuerto si habrían llegado al destino en el caso de que no existiera una oferta de bajo coste, sólo un 40% respondió afirmativamente. Disponemos de los primeros datos de invierno. Y en este caso, se refuerza la función económica del aeropuerto, ya que la motivación “negocios” adquiere una relevancia muy notable. A su vez, se constata una elevada dispersión territorial y una fuerte incidencia del efecto bajo coste.
Ryanair es una pieza básica de la economía de Girona. Influye de manera directa en la oferta comercial, en el sector industrial, en las exportaciones, en el sector turístico, en la oferta gastronómica. La compañía explica la reactivación de un aeropuerto que languidecía y ha permitido la conexión internacional de la demarcación en congresos, innovación tecnológica, nuevos productos turísticos, gastronomía de alta gama o en la imagen exterior del país. Ignoro los detalles del pulso entre la Generalitat y la compañía y entiendo que existen muchas variables en juego y decisiones políticas que van más allá de unos cuantos estudios. La decisión no es simple ni obvia. Tan sólo quería contrastar el tópico sobre los pasajeros de bajo coste y su efecto en la economía de Girona y del conjunto del país. Aquí sí que la evidencia empírica es evidente: justo la contraria que alimenta el tópico.
Benvolguda Pia:
Gràcies per compartir aquest article. Crec, de tota manera, que el que aporta en Sr. Donaire en el seu text és totalment perifèric en relació al debat actual sobre l’aeroport de Vilobí. El que està en joc no és la tipologia d’usuari de Ryanair, sinó la capacitat de la Generalitat i el món local gironí de poder contribuir a mantenir l’activitat a l’aeroport. És per això que opino que la clau de volta del futur de l’aeroport de Girona no és si Ryanair hi vola o no, sinó si les taxes aeroportuàries es poden decidir a Catalunya/Girona o no; en altres paraules: el ‘quid’ de la qüestió és la capacitat de gestió de Catalunya/món local en els nostres aeroports.
Ryanair pot exigir el pagament d’un suplement via subvencions, i fer-ho, tot sigui dit, amb unes formes impresentables. Ara, el problema el tenim si volar al Prat li surt tan econòmic com volar a Girona, a Ryanair.
Jo visc a Brussel.les, i per motius personals i professionals volo bastant. Els tres aeroports que faig servir més són, per aquest ordre: Brussel Nationaal, Barcelona i Düsseldorf. Brussel.les és, lògicament, el 1er aeroport de Bèlgica i Düsseldorf és el 1er de l’estat de Renània del Nord-Westfàlia, així com també el 3er d’Alemanya (aviat és dit). Ryanair no vola a cap d’aquests dos aeroports, però serveix aquestes destinacions (Brussel.les i Düsseldorf) amb vols a Charleroi i Weeze. Amb Barcelona passava el mateix fins que la política comercial d’AENA, que depèn únicament i exclusiva d’AENA, ha convertit el Prat en una base gairebé tan competitiva com Girona per a Ryanair. AENA ha situat les taxes aeroportuàries del Prat i Girona a tan poca distància que ha “expulsat” Ryanair de Girona.
Brussel.les i Düsseldorf competeixen en una lliga on m’agradaria veure-hi el Prat: els vols intercontinentals i el segment mitjà-alt de vols regionals. Cap dels dos no és Heathrow, Charles de Gaulle ni Frankfurt, però vénen tot darrera. Brussel.les i Düsseldorf serien, essent realistes, els ‘contrincants’ del Prat; alhora, Girona, com Charleroi i Weeze, hauria de ser atractiva a Ryanair, Wizzair, Transavia i vés a saber si no algun vol d’Spanair o d’Air Berlin… Ara, això només serà possible si es pot fer una política comercial pròpia, autònoma i coherent, això és buscant la complementarietat entre el Prat i Girona, no la competència. Només així podrem aconseguir que les bones notícies que ens porta el Sr. Donaire ho sigui per molt temps i, en la mesura del possible, millorin.